martes, 19 de octubre de 2010

Don Juan del Burgo

Hoy traigo otra historia que se ha ido transmitiendo durante generaciones y que he intentado desentrañar. Para ello, he contado con la ayuda de mi madre , Aurelia Cabanillas , de Afrodisio Ortiz, que goza de una memoria prodigiosa, del Archivo Histórico Nacional y de un estudio de Julián B. Ruiz Rivera.

Mi madre recuerda como siendo una niña, cantaban una coplilla que decía:

"De los mares ha venido Don Juan del Burgo 
solo a ver una estrella que hay en Agudo" 

La historia asociada a esta letra identifica a Don Juan del Burgo como un alto mando militar en los tiempos de las guerras de Cuba y Filipinas. Durante uno de sus viajes, se desencadenó una fuerte tormenta que hizo temer por la suerte del barco y de todos sus ocupantes. Uno de los soldados, natural de Agudo, se acogió a la Virgen de la Estrella. Le dio la estampa con la virgen a Don Juan del Burgo y todos se encomendaron, obrándose el milagro. En señal de gratitud y cumpliendo la promesa realizada, Don Juan del Burgo regaló un órgano a la ermita de la Virgen de la Estrella. 

Afrodisio Ortiz, recuerda como antes de la Guerra Civil , en la iglesia de la Virgen de la Estrella había un órgano y un cuadro de grandes dimensiones según se entraba por la puerta principal. Este cuadro representaba un barco en medio de una gran tempestad. !Curioso! También recuerda que existían grandes colgaduras que servían para engalanar la Iglesia en los principales festejos. 

Lamentablemente, todos los elementos de carácter religioso fueron destruidos o desaparecieron durante la Guerra Civil, perdiendo además su esencia y simbolismo.

Pero, ¿que hay de cierto en esta historia? ¿Quién fue este personaje, D. Juan del Burgo?

Los hechos nos llevan al año 1675, D. Juan del Burgo(1) natural de Agudo, hijo de Don Juan del Burgo y de Doña María Muñoz del Arco, viaja a Cartagena de Indias en compañía de su hermana Doña Isabel del Burgo (2) y su cuñado Don José Daza(3)  Caballero de la Orden de Santiago , general de artillería y nuevo Gobernador y Capitán General.

Don José Daza, general de artillería, desempeño su mandato de gobierno entre 1674 y 1677. Llevaba más de 30 años de servicios militares en Italia, en Flandes, en la frontera portuguesa, en Cataluña y en Galicia, con hechos sobresalientes, que le valieron , aparte de ascensos y condecoraciones, la recompensa del gobierno de Cartagena de Indias. 

Cartagena de Indias gracias a su emplazamiento privilegiado, consistente en una enorme bahía prácticamente cerrada, vivía para la defensa y se financiaba por medio del comercio. Para garantizar su subsistencia hubo que proporcionar una fuente de ingresos externa al territorio y que se conjugara con las necesidades de reemplazar a la población autóctona desaparecida, como fue el comercio de esclavos(4) 

A nivel de economía local, si se exceptúan la producción de alimentos, de bebidas y el intercambio de algunos productos suntuarios de la minoría pudiente, el negocio se movía en la importación de esclavos declarados y fiscalizados, pero mucho más si se podían distraer de los circuitos oficiales. Tuvo que ser la mano de obra africana la que proporcionó pingües beneficios. 

A partir de la desaparición oficial de los portugueses del tráfico negrero se produjo un periodo de desconcierto y de desorientación, que duró hasta 1663 , firmándose el asiento con los genoveses Domingo Grillo y Ambrosio Lomelín. Tras el fracaso de esta iniciativa privada, la monarquía española tuvo que transigir para que los portugueses volvieran a suministrar mano de obra africana, pero no llegó a funcionar igual que antes. Por tanto, los gobernadores decidieron tomar iniciativas bien porque las necesidades lo requerían o bien por las posibilidades de enriquecimiento fácil aceptando el soborno de los traficantes. 

“En 1677, el gobernador José Daza y Guzmán fue acusado por el propio sargento mayor de la ciudad, Capitán Diego José de Rada, de ser el responsable y cabeza de la corrupción. Para ello escribió con los testimonios orales de miembros de las milicias un memorial, muy minucioso de todo tipo de infracciones a las reglas del tráfico de negros, conocidas y consentidas por él, que fueron el fundamento de la causa que se le instruyó. Dichos testimonios fueron corroborados con menor riqueza de detalles por uno de los inquisidores del Tribunal del Santo Oficio de Cartagena de Indias, D. Alvaro Bernardo de Quirós. Ambos coincidieron sin proponérselo en manifestar lo irregular de esa conducta y lo peligroso que podría resultar el franquear la ciudad a los extranjeros. 

        ¿Por qué cayo en esa conducta un general de tal prestigio? ¿Le engañaron sus ayudantes o familiares en la tarea de gobierno, de la que no tenía experiencia alguna? ¿Se dejó seducir por la riqueza?, ¿pensó que era intocable?. Para Bernardo de Quirós fueron algunos familiares los responsables de su corrupta actuación. De hecho, el inquisidor, reconociendo los méritos de su dilatada vida militar, achacó a su mujer y a su cuñado, Juan del Burgo, la responsabilidad de su conducta. 

      Las acusaciones que se formularon contra él eran de suma gravedad, aunque solicitó al rey clemencia hacia el gobernador, porque “la distancia de esa Corte, la multitud de delincuentes y el ser la llave del Perú este puerto, parece piden de su naturaleza benignidad en las resoluciones. 

     ¿Cúales eran, en concreto, las acusaciones? Se pueden resumir en dos: consentir un comercio fraudulento de negros, aguardientes y ropa, aceptando sobornos, y admitir a extranjeros en la ciudad  con la consecuencia de enterarse de cómo estaban las defensas y cúales eran las vías de entrada. 

        Si grave era la acusación de acumulación fraudulenta de riqueza, más lo era el atentado que suponía la conducta del gobernador a la seguridad de la plaza al haber permitido a los extranjeros entrar en la ciudad y conocer las defensas, la guarnición, las murallas, los esteros y canales y los lugares por donde poder atacar. 

     Por entonces, el peligro radicaba en los franceses que habían atacado Maracaibo, Margarita, Santa Marta y Río Hacha. Daza preparó un dispositivo de defensa dividiendo la ciudad por calles y cuarteles. 
Las denuncias surtieron efecto , y lo mismo que le había ocurrido al anterior gobernador, también Daza fue sometido a un proceso judicial, fue destituido y se le envió preso a la península. 

     Como se ha citado anteriormente, a lo largo de todo el proceso se dejó entrever que si bien el gobernador era el responsable último, contaba con un grupo de sus ayudas más próximos como eran, su secretario Gonzalo Astorga y su cuñado, Juan del Burgo. 

Es de suponer, que en uno de esos viajes por el Atlántico, nuestro personaje sufriera la tempestad que da origen a la esta historia. En cuanto a las donaciones que hizo a la Virgen: el órgano, las colgaduras y el cuadro ,aun no he podido encontrar la documentación  que lo atestigüe, pero hay algunos libros en la Parroquia que pueden ser interesantes al respecto.


Fuentes documentales :
1   PASAJEROS,L.13,E.782 , Expediente de Pasajero a Indias de D. Juan del Burgo.  
2  “las señas que se pusieron en el despacho a Doña Isabel del Burgo, mujer del dicho Don Joseph Daza, son de edad de veinte años, blanca, pelo liso negro, mediana de cuerpo” 
3   AHN , CONTRATACION,5440,N.2,R.43, Expediente de Pasajero a Indias de Don José Daza y Guzmán. Aquí se dice Juan del Burgo tenía 23 años de edad, buen cuerpo, pelo rubio y de ojos azules. 
4  Artículo “El comercio irregular en Cartagena de Indias de modo regular”, por Julián B. Ruiz Rivera, Universidad de Sevilla.

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