Historia de Agudo

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miércoles, 3 de diciembre de 2025

Cuento popular de Agudo (Ciudad Real): El viejo de los tres perros, por Carmen Pellejero Ríos (1981)

 Julio Camarena Laucirica, folclorista nacido en Piedrabuena, fue un estudioso de los cuentos transmitidos por tradición oral. Consciente que este importante acervo cultural estaba desapareciendo, se dedicó a recorrer numerosos pueblos de la provincia de Ciudad Real, y provisto de una grabadora, fue recogiendo los cuentos narrados en primera persona por sus protagonistas. Llegó a recopilar en torno a 1.200 cuentos, de los cuales una selección fue publicada en dos volúmenes.

Según él, un cuento tradicional debe reunir las siguientes características:

- Es una obra en prosa
- narra sucesos ficticios (con un argumento mínimo)
- varía continuamente

El primer volumen incluye  una selección de 142 cuentos. Entre los 53 los pueblos que visitó  entre agosto de 1980 y septiembre de 1983 figuran Agudo, Alamillo, Guadalmez, Saceruela, Valdemanco del Esteras, Puebla de Don Rodrigo, entre otros.

Portada del libro de Julio Camarena, ed. 1984

En Agudo tenemos la fortuna de que un cuento narrado por Carmen Pellejero Ríos esté incluido en este libro.
Julio Camarena respetó íntegramente la transcripción del cuento.

EL VIEJO DE LOS TRES PERROS

 Carmen Pellejero Ríos

Era un muchacho que tenía tres cabras y se iba con ellas tos los días; tenía una hermana y vivían solos los dos, la hermana y él. Y se fue un día y se le acercó un viejo que llevaba tres perros, y le dijo que si le cambiaba una cabra por un perro. El no quería, pero era mu bueno, y el viejo le dijo que le hacía falta para la leche, pa beber leche, y se le cambió; se le cambió por el perro y entonces se fue y se lo contó a su hermana. A su hermana no le pareció mu bien, pero total , se lo quedaron.

Y luego, al día siguiente, vuelve otra vez el viejo a que le cambiara otro perro por otra cabra. El tenía tres cabras, y el viejo tres perro; entonces así fue hasta que ya consiguió quese los cambiara los tres perros por las tres cabras y, cuando ya se los cambió, dice que uno se llamaba Rompehierros, otro Ponme-la-mesa y otro Tráeme-dinero; dice:

-Tú no tienes que preocupar por nada; na más que tú cuando necesites dinero, se lo dices a Tráeme-dineros, y te lo trae.

Entonces pues llegó a su casa, su hermana se echó a llorar y el empieza a decirle:

- No te preocupes; anda, ponnos la mesa –y entonces viene el perro y les pone la mesa.

Entonces la hermana, claro, ya se quedó sorprendida pero ya se desquitó del palo, y , cuando a otro día tuvo que ir a comprar, pues le dijo al perro:

- Tráeme-dineros! – y también le trajo dinero el perro.

Entonces ya se hicieron mu famosos y se fueron a recorrer mundo por ahí; dijeron:

--Pues ahora nos vamos a dar buena vida y nos vamos a ir por ahí.

Y luego les fue pasando muchas peripecias en el camino. Llegaron a una posá, les quería quitar los perros y los encerraron en un sitio; y entonces dijo él:

-- Rompehierros! --y los rompió, los hierros, y los dio la libertad.

Y siguieron andando hasta que llegaron a un pueblo que todos los años venía una serpiente, un dragón de siete cabezas, y se tenía que comer a una joven del pueblo todos los años; y la que fuera cumpliendo la edad de veintiún años le iba tocando; y ya se había comio a toas las jóvenes de veintiún años; entonces le tocaba a la hija de rey, a comérsela.

Y estaban tos sentaos, allí, esperando que viniere la serpiente, y entonces llegó él y se quedó junto a la hija del rey, esperando al dragón, y ella se echó a llorar. Conque le pidió, como estaba atad, le pidió que le cogiera un pañuelo que tenía pa que le limpiara las lágrimas, vio que venía el dragón y entonces le echó a los perros. Total, que derrotaron al dragón; y él y los perros se fueron.

Luego ya, cuando pasó todo, el rey daba una recompensa al que había salvao a su hija, y entonces se presentó uno, diciendo que había sío él. Total, que se lo creyeron que era él y empezó la ceremonia, a celebrarse la ceremonia. Estaban celebrando los esponsales y entonces él, cuando estaban en el convite, mandó a un perro pa que le llevara un ramo de flores; y llegó el perro y se lo dio a la novia, y ella, al ver el perro dijo:

-- !Ay!,, !ese!, !ese fue uno de los perros que me salvó!.

Y entonces echaron a correr los vasallos, o como se llamen, detrás del perro, pero se desapareció y no supieron dónde se entraba.

Mandó al otro perro, y también le siguieron hasta última hora, pero luego tampoco vieron donde entró.

Con que, ya luego, al último le dijo:

-- Tú ven despacito pa que te vean dónde entras.

Así es que también le siguieron y le vieron que entró en una posá; entraron y al joven ése le llevaron delante del rey. Ya fue a Palacio, pero el otro continuaba porfiando que había sío él; hasta que ya ella se acordó del pañuelo y dijo que ella había dao el pañuelo al que la había salvao. Dice el impostor:

-- Toma tu pañuelo.

Y dice:

--!Pero qué pañuelo es éste, si éste no es mi pañuelo – y entonces dice -- !ah!, !entonces tú no eres!

Total, que ya lo enseñó él y se casó con la hija del rey. Entonces, ya, querían saber de donde era el muchacho, y dijo del pueblecito que era.

Entonces vinieron a ver su tierra y, según venían por el camino, se encontraron un señor que estaba con mucho ganado, y dice el rey que de quien eran tantas cabras, tanto rebaño. Dice:

-- Pues éste, de Pedro – Pedro, que se llamaba el muchacho.

-- Y ¿qué Pedro?, ¿qué Pedro tiene unas cabras tan buenas?

Dice

--Pues de ese que va caballero con usté.

Total, que el muchacho se iba callando, porque él no sabía nada de to esto. Entonces, ya, van mas alante…

-- !Pues anda !, !vaya rebaño!…. ---la tierra, todo era de Pedro-- ! Pos Hija... !

Total, llegan más alante y, también, otro rebaño de cabras, y también era de Pedro.

--¿De que Pedro?

--Ese que va con usté.

-- Pos hija, !pos anda con Pedro, con que no tenía na!

Luego llegaron a otro sitio y había un viejo, con tres cabras, solas, y le dijo de quién eran las cabras. Dice:

--Pues son de Pedro, ése que va con usté. – Y dice – Que se baje, me de mis tres perros y que se lleve sus cabras, porque estos perros son tres ángeles y yo soy el señor.

Y entonces pues Pedro le devolvió sus perros, pero le había recompensao ya, que le había querío hacer esa gracia por lo bueno y el buen corazón que había tenío de socorrerle cuando él iba pidiendo leche.


Recogido en: Agudo
Fecha: Abril 81.
Narrado por: Carmen Pellejero Ríos
Edad: 45 años
Profesión: Sus labores



Incluyo además otros dos cuentos, de la Puebla de Don Rodrigo y Guadalmez.


EL MÉDICO QUE TENÍA TRATOS CON LA MUERTE


Pues esos años de hambre que hemos tenío tuvo que ser; tenía unos pocos muchachos un hombre y andaba vagando por ahí, y estaba muerto de hambre; y ya un día dice:

--Voy a echar los cepos y, si cojo yo un conejo, me lo voy a comer y no lo voy a dar parte ni a Dios.

Pues nada: fue, echó los cepos y cogió dos conejos; uno lo asó y el otro le dejó pa los hijos; echó lumbre y le estaba asando cuando estando asándolo, llega uno, !con unas barbas! Dice:

--¿Qué estás haciendo?

--Asando un conejo.

Dice

--Me darás un cacho, ¿no?

Dice:

--Yo, un cacho?… ¿quién eres tu?

Dice:

--Yo, Dios.

Dice

--Pues entonces no; vete de aquí que no te doy nada --- !como dijo que no le daba ni a Dios ..!

Pues ya, al cabo de un rato, se presenta una mujer ..

--¿Qué estás haciendo?

--Asando un conejo.

--¿Me darás un cacho?

Dice:

¿Quién eres tú?

Dice:

--Yo, La Muerte

Dice:

--Entonces si, a ti te voy a dar un cacho; pero a un tío que ha habío aquí antes, con unas barbas, que me ha dicho que es Dios, a ése no le he dao nada. --Pues nada; le dio un cacho.

Aquel hombre tenía un hermano médico. Pues ya la muerte le dice que qué quiere ser. Dice:

--¿Yo?, hombre, pues médico.

Dice:

--¿Médico?

--Si. Médico

Dice:

--Bueno; pues tú te vas a ir al pueblo, y si llaman pa un enfermo pues tienes que ir a verle; si me ves en los pies, no recetes nada, no tiene salvación; pero si me ves en la cabecera, enque sea una poca de agua, recétala.

Que coño, a tos los que iba les acertaba; al que decía:

--Este se muere – es que la vía allí, en los pies, que estaba tirando de él ya --; y éste se muere --- claro, lo acertaba. Al que la vía en la cabecera, claro enseguida le curaba:

Le llamaban muchos; decían:

--!Vaya médico!

--!Vaya médico!

--!Vaya médico!

Y ya la cuñá, la mujer del médico se enteró …

--Tu hermano es médico y creo que es un médico bueno. Te vas a hacer el malo, que le voy a llamar, a ver que te dice a ti.

Pues nada; le llamó.

--Oye, que está tu hermano malo, a ver si vienes a ver si tú sabes lo que tiene.

De modo que fué; pasó allí, a la habitación que él estaba, y estaba la muerte en los pies, y la dice a ella:

-- Prepara el traje, que se va.

--¿Pues que le pasa?

Dice:

--Prepárate –y al momento, muerto.

Y nada, pues ya siguió de médico y se hizo muy rico, ya no pasó su familia más hambre



Recogido en: La Puebla de Don Rodrigo
Fecha: Abril 81
Narrado por: Hipólito Martín Erance
Edad: 72 años
Profesión: Jubilado (anteriormente, cabrero)



LA ASADURA DEL MUERTO

Esto era una madre que mandó a su hija a comprar carne a la carnicería, y se había acabao, o lo que sea; cogió y se fue al cementerio y le arrancó la asaúra a un muerto que habían enterrao aquel día; y se la trajo la asaúra. La trajo y por la noche la estaban friendo, así pa hacer la cena y saltaba mucho la asadura, saltaba mucho. Total, que ya la comieron. Y se acostaron; se acostaron la madre la con la hija.

Entonces, cuando llegó ya, así, la medianoche, llegó el muerto llamando a la puerta; y decía:

--Dame mi asaúra, ura,

que me la quitaste de la sepultura !

Y decía la hija:

- Ay, mamaíta ita,

¿quién será?

--Déjalo, hijita,

que ya se irá.

--! No me voy,

que detrás de la puerta estoy !


Al rato, vuelve a llamar:

--Dame mi asaúra, ura,

que me la quitaste de la sepultura !

- Ay, mamaíta ita,

¿quién será?

--Déjalo, hijita,

que ya se irá.

--! No me voy,

que a un lao de tu cama estoy !

Y la hija ya tenía mucho miedo. Y el muerto cada vez ase iba acercando mas; y ya dice:

--Dame mi asaúra, ura,

que me la quitaste de la sepultura !

- Ay, mamaíta ita,

¿quién será?

--Déjalo, hijita,

que ya se irá.

Y dice:

--! No me voy,

que agarrándote de los pelos estoy !

Ya.


Recogido en: Guadalmez
Fecha: Octubre 81
Narrado por: Casi Chamorro Muñoz
Edad: 18 años
Profesión: Sus labores


Para concluir esta entrada dedicada a los cuentos, quiero compartir algunos de los célebres Cuentos de Calleja que conserva Paquita. Estas pequeñas joyas forman parte de una tradición editorial que marcó a generaciones enteras. Saturnino Calleja fundó su editorial en 1875 y la convirtió en la referencia más importante de la literatura infantil en España durante décadas, hasta bien entrado el siglo XX. Un dato, en 1899 llegó a publicar más de 3,4 millones de ejemplares.


Cuentos de Calleja en Agudo. Propiedad de Paquita


Mas cuentos de Calleja. Propiedad de Paquita



Fuentes



- Cuentos Tradicionales : recopilados en la provincia de Ciudad Real / Julio Camarena Laucirica. Instituto Estudios Manchegos, 1984
- Cuentos tradicionales recopilados en la provincia de Ciudad Real. Volumen II / Julio Camarena Laucirica ; Año 2012.

https://diccionariobiograficodecastillalamancha.es/biografias/julio-camarena-laucirica/







lunes, 10 de noviembre de 2025

El alumbrado público en Agudo (Ciudad Real) 1899-1925 y la Central Eléctrica "La Asunción"


 

Sello Central Eléctrica "La Asunción" 1917

Llevaba tiempo buscando información sobre la llegada de la electricidad a Agudo, pero no conseguía dar con ningún documento relevante. Esto ha dado un giro gracias a la generosa aportación de Paquita la cartera, que me permitió acceder a unos papeles que guarda con gran cariño. 

Son datos muy interesantes que han hecho posible la elaboración de esta entrada. Hay lagunas, pero me ha permitido tener una base para continuar investigando o buscar más papeles.


Los comienzos del alumbrado público en España

La historia del alumbrado público en España es también la historia de la modernización urbana, de la transformación de la vida cotidiana y de la iniciativa local que impulsó el progreso. Aunque el alumbrado público comenzó con el uso de lámparas de aceite y faroles de gas en el siglo XIX, fue la electricidad la que marcó un verdadero punto de inflexión.

Hasta bien entrado el siglo XIX, las calles españolas se iluminaban con sistemas rudimentarios: antorchas, lámparas de aceite y faroles alimentados con aceites vegetales o animales.

El verdadero salto tecnológico se produjo en la década de 1880. En 1881, Comillas (Cantabria) se convirtió en el primer municipio español en instalar alumbrado público eléctrico, gracias a la inversión de los indianos que regresaban de América. Barcelona siguió poco después, instalando arcos voltaicos en sus plazas en 1883. Estas lámparas de arco producían una luz blanca intensa, ideal para espacios amplios, aunque su mantenimiento era costoso y su uso limitado[1].

La Sociedad Española de Electricidad, fundada en Barcelona en 1881, fue pionera en la producción y comercialización de electricidad. En estos años, la electricidad se consideraba un lujo, y su implantación dependía de iniciativas privadas, muchas veces ligadas a empresarios locales, ingenieros visionarios o ayuntamientos con vocación modernizadora.

Transiciones tecnológicas: petróleo, carburo y acetileno

Antes de que la electricidad se consolidara, hubo varias soluciones intermedias. El petróleo, más accesible que el gas, se usó en lámparas de mecha que ofrecían una luz más estable. A finales del siglo XIX, se introdujeron las bujías de carburo, que al reaccionar con agua producían gas acetileno, una fuente luminosa potente y relativamente económica. El acetileno se convirtió en una alternativa popular en zonas rurales o en municipios sin acceso a redes eléctricas.

Estos sistemas coexistieron durante décadas, y en muchos pueblos pequeños el alumbrado público se basaba en carburo hasta bien entrado el siglo XX. Las bujías de carburo eran fáciles de instalar y mantener, aunque su luz era más agresiva y requería recambios frecuentes.

Iniciativa privada y empresas locales de electricidad

La electrificación de los municipios españoles no fue un proceso centralizado. Hasta los años 30, la mayoría de las instalaciones eléctricas eran fruto de la iniciativa privada. Empresarios locales, cooperativas, y sociedades anónimas crearon pequeñas compañías eléctricas que producían energía mediante centrales hidroeléctricas o térmicas. Estas empresas abastecían a pueblos enteros, y muchas veces también gestionaban el alumbrado público.

En zonas rurales, el impulso vino de familias emprendedoras que veían en la electricidad una oportunidad de negocio y de prestigio. En otros casos, fueron los propios ayuntamientos quienes promovieron concursos públicos para instalar redes eléctricas.

No fue hasta los años 30 que el Estado comenzó a intervenir más activamente, promoviendo la integración de redes y la creación de compañías regionales más robustas.

La electricidad como impulsora de la industria local

La incorporación de la electricidad a la maquinaria industrial supuso un avance decisivo para el desarrollo de diversas actividades productivas, entre ellas la minería. Los progresos tecnológicos eran constantes, y los centros mineros de Almadén y las Minas del Horcajo se beneficiaron de las técnicas más modernas de su tiempo.

Gracias a la extracción de plomo y plata, esta última —una pedanía de Almodóvar del Campo— llegó a superar los 5.000 habitantes, convirtiéndose en un núcleo de gran dinamismo económico. Sin embargo, su declive comenzó en 1911, cuando la explotación dejó de ser rentable.

Recomiendo especialmente la lectura del libro Minas del Horcajo – La aldea olvidada, de José Félix Fernández. En él se narra, entre otros episodios, la introducción de la corriente alterna para accionar, por primera vez, bombas centrífugas destinadas al desagüe de la mina. El autor también destaca el sorprendente nivel de infraestructuras del pueblo en aquella época: contaba con teléfono, hospital e incluso plaza de toros.

Mención especial merece Mónico Sánchez Moreno, nacido en la cercana localidad de Piedrabuena en 1880. Inventor e ingeniero eléctrico, fue pionero en radiología, telecomunicaciones sin cables y electroterapia, además de creador del primer aparato portátil de rayos X. Tras regresar de Estados Unidos, fundó en su pueblo natal el Laboratorio Eléctrico Sánchez, con una superficie de 3.500 m². Allí instaló una central eléctrica alimentada por carbón, llevando por primera vez la luz a los hogares de Piedrabuena.

 Puedes seguir su historia en este enlace: Mónico Sánchez: el inventor que respondió a las necesidades de la medicina en la España rural[2]

Ciudad Real , 12 de enero de 1863

En esta fecha, el ayuntamiento de Ciudad Real sacó a concurso público el alumbrado público. Es interesante porque nos permite conocer cómo se cubría este servicio en ese momento.

Presupuesto y pliego de condiciones que forma la comisión de subastas del ilustre Ayuntamiento de esta capital, para que sirva de base en el expediente de arriendo del servicio de alumbrado de la misma.

Presupuesto 

Rs. Cents

Para el aceite que deberá invertirse en los 101 días que ha de haber alumbrado en la población, que serán 164 arrobas, 3 libras, 2 onzas que, a precio de 54 reales. Importan

 

Para el que deben consumir los once faroles de los serenos en los 181 días que median desde 1 de enero hasta el 30 de junio, ambos inclusive, a razón de 4 onzas cada uno, hacen 19 arrobas, 22 libras 12 onzas que al mismo precio de 54 reales. Arroba

 

Para gastos de quiebras de farolas y faroles, rodillas, cerillos y adquisición de dos linternas, dos faroles para encender, dos escaleras, dos alcazas, dos cintos y dos chozos

 

Total presupuesto

 

… El alumbrado en la población constará de ciento treinta y tres faroles y noventa y seis farolas, y cada uno de los primeros se alimentará cada noche con dos onzas de aceite de buena calidad, y las segundas con cuatro onzas [3]

 

 

8.862,75

 

 

 

 

1.075,14

 

 

 

800

 

10.737,89

 

 

 

Agudo 1899-1911

La referencia más antigua que he encontrado se remonta a 1899, donde vemos que el alumbrado público se mantiene mediante concurso / subasta. De momento, no tengo más datos sobre su alcance, el número de bujías y farolas pero si consta que el contratista fue Francisco Párraga.

La bujía equivalía aproximadamente a la luz emitida por una vela estándar. Se usaba para cuantificar la potencia luminosa de una lámpara. Hay lámparas de 10, 16, 25 bujías.

 

¿Y cómo se iluminaban las casas?. No es difícil imaginarlo. Pero voy a recurrir al inventario del testamento de un antepasado, Pedro Millán Agenjo, facilitado por Rosario Marín, y sólo señalaré los útiles, fácilmente reconocibles, y que podríamos encontrar en cualquier casa en 1901:

- dos velones

- tres candiles de hierro

- dos faroles

- un farolillo de mano.

 

Año

Agudo

Almadén

1898

 

 

1899

Alumbrado público por petróleo. Contratista: Francisco Párraga[4]

Subasta para el servicio del alumbrado público durante veinte años.

Constará de 2.400 bujías repartidas en lámparas de 10,16 y 25. Presupuesto es de 2,18 pesetas anuales por bujía, exigiéndose un depósito provisional de 5.232 pesetas.

1900

Alumbrado público por petróleo. Contratista: Francisco Párraga[5]

Hay alumbrado en la casa Consistorial

 

1901

 

 

1902

 

 

1903

Alumbrado público por petróleo. Contratista: Juan Puebla[6]

 

1904

Alumbrado público por petróleo. Contratista: Juan Puebla[7]

 

1905

Alumbrado público por petróleo. Contratista: Juan Puebla

Fábrica de electricidad: sociedad General de centrales eléctricas, propietarios Emilio Marqués y Aquilino Sanguino

1906

 

 

1907

 

 

1908

Alumbrado público por gas acetileno

 

1909

 

 

1910

 

 

1911

Alumbrado público por gas acetileno[8]

 

 

La Diputación de Ciudad Real promovió la electrificación rural desde principios del siglo XX, especialmente donde lo permitía la creación de pequeñas centrales hidroeléctricas y térmicas. Donde no había este tipo de recursos, se usaba petróleo y luego el popular gas acetileno. En 1910 había 23 empresas productoras de electricidad en Ciudad Real[9]

En muchos casos, el alumbrado público comenzó con lámparas incandescentes de baja potencia, instaladas en plazas, iglesias y calles principales.

Agudo, 1913-1925

En este periodo hay un incremento del consumo de la electricidad, debido al crecimiento de la población y de las fábricas de harina y panadería.

En 1913, Pedro Blasco presenta un proyecto.

Don Miguel Jordán Coll, Gobernador civil de esta provincia.

 

Hago Saber que por Don Pedro Blasco, vecino de Agudo, se ha presentado en este Gobierno de mi cargo una instancia acompañada del correspondiente proyecto, en la que se pide la competente autorización para instalar el alumbrado eléctrico en el pueblo de Agudo[10].

 Ciudad Real, 29 de mayo de 1913 – El Gobernador Miguel Jordán

 

AGUDO

Extracto de acuerdos tomados por el Ayuntamiento y Juntas Locales de esta villa en el trimestre último, que forma el secretario que suscribe en cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 109 de la vigente ley Municipal

Sesión ordinaria del 9 de octubre de 1914

Aprobada el acta y diligencias anteriores se acuerda: cumplir las disposiciones publicadas en el Boletín Oficial.

Contratar con Don Pedro Blasco el servicio de alumbrado público por electricidad hasta fin de año.

Aprobar la cuenta de gastos de instalación del alumbrado público

Extraordinaria del 31

Aprobada el acta anterior se acuerda: aprobar la subasta del servicio de alumbrado público, adjudicando definitivamente el remate a Don Pedro Blasco Romero.

Conceder el disfrute o aprovechamiento de las aguas sobrantes del pilar del ejido a la fábrica La Estrella.

EJ Junta Municipal

Sesión del 20 de octubre

Se aprueba el pliego de condiciones para subastar el servicio de alumbrado público por electricidad a la exclusiva y término de veinte años[11].

19 de Julio de 1914 – El Secretario Juan Blázquez, Vº Bº el Alcalde Guadalupe Palomares

 

“LA ASUNCIÓN” Central Eléctrica, Harinas y Panadería

Los documentos no mencionan la fecha exacta de la creación de la Central Eléctrica "La Asunción", el capital que se necesitó ni el proyecto técnico, número de bujías y los puntos escogidos para iluminar,  posiblemente instalaron una dinamo con gasóleo. Los dueños que aparecen son los hijos de Doña Eusebia Díaz del Castillo[12], tenía una potencia de 20 Kw hora y estaba situada en la Calle Extremadura.

Si tenemos varias hojas de Altas/Bajas de la Contribución industrial a lo largo de varios periodos, así como algunos partes de producción mensuales de la luz generada. 

 En este documento de alta en la Contribución Industrial de 1923  se aprecian detalles importantes. En primer lugar, Cristino Ramiro Cerrillo que vive en la calle La Iglesia, es el arrendatario de la Fábrica de Electricidad.


Escrito a mano, hay un desglose anual de los tres conceptos:

-        1. Fábrica eléctrica 20 Kw hora                     555,96             556,08

-        2. Fábrica pan y 1 horno                                253,63             786

-        3. Molino harinero 2 puertas?                        392,93             392,93

                                               Totales            1.202,52          1.739

                                                                                              1.202

                                               Diferencia                             532                                                    

 Partes mensuales de producción ( año 1917 y 1924)



Provincia de Ciudad Real                                          Pueblo de Agudo

Fábrica de electricidad de servicio público destinada a suministrar alumbrado de Hijos de Doña Eusebia Díaz del Castillo

Parte mensual de producción                                    Mes de Enero de 1917

Cumpliendo lo dispuesto en la regla 2ª de la Real orden de 6 de mayo de 1904, participo a V.S. que la producción obtenida en esta Central eléctrica durante el mes de Enero próximo pasado, ha sido la siguiente:

 

PRODUCCIÓN DESTINADA A

Duración de servicio de alumbrado toda la noche

Idem id de fuerza motriz 2 horas

ALUMBRADO

FUERZA MOTRIZ

 

Kw hora

 

Público y particular

Kw hora

Exclusivo de la central

Kw hora

 

Producción total durante el mes expresado

Que representa una producción media diaria contributiva de ……………………………..

288

96

30

1

198

6’6

 

Febrero de 1917

288

96

30

1

198

6’6

 

Marzo de 1917

288

96

30

1

198

6’6

 

Abril de 1917

288

96

30

1

198

6’6

 

Mayo de 1917

288

96

30

1

198

6’6

 

Junio de 1917

288

96

30

1

198

6’6

 

Julio de 1917

288

96

30

1

396

13,2

 

Agosto de 1917

288

96

30

1

396

13,2

 

Septiembre de 1917

288

96

30

1

396

13,2

 

Octubre de 1917

288

96

30

1

396

13,2

 

Noviembre

288

96

30

1

396

13,2

 

Diciembre

288

96

30

1

396

13,2

 

Mayo de 1924

288

96

30

1

 

Junio de 1924

288

96

30

1

 

Julio de 1924

288

96

30

1

396

13,2


Pago de impuestos

Recibo correspondiente al 3er trimestre de 1917

Nos indica que para el servicio público se han consumido un total de 90 Kw, a razón de 0,50 céntimos el Kw, son 45 pesetas, los impuestos 7, 55.

 

Aquí figura el pago de los impuestos sobre la capacidad producida en el tercer trimestre 1923 a 1924, siendo el arrendatario Rafael Solís. El total recaudado por venta de fluido son 1.044, 48 pesetas y el 17% suponen 177,56 pesetas menos 5,32 de un 3% de premio, supone un pago de impuestos de 172, 24 pesetas.

 


 El último documento, refleja el Alta de la Fábrica en 1925 tanto para Electricidad como Panadería, a cargo de Rafael Solís, y Cristino Ramiro en 1923. Se da de baja en agosto del 1934.


A partir de los años 20 el avance de la red eléctrica es imparable.

Termino con unos anuncios de electrodomésticos, en concreto de una cafetera y una aspiradora como indicadores de lo rápido que estaba evolucionando la sociedad.


 

Anuncio de una cafetera eléctrica en 1920 

 

Anuncio de aspiradora eléctrica Electrolux mod. V 1923


Fuentes:

Documentación cedida por Paqui y Rosario Marín

Youtube: Reacciona Explota la piedra que iluminó el mundo: el carburo de Calcio y el acetileno



[9] Cámara de Comercio e industria de Ciudad Real 1912-2012 cien años de actividad económica