Desde hace muchísimos años, la mayoría de los agudeños conocían la piedra del viejo molino de la puente. Lo que seguramente no saben muchos, es que hará unos dos años, al realizar unas obras, apareció la piedra y vieron que había una inscripción en la otra cara. La piedra se recuperó y se llevó a las instalaciones del Ayuntamiento donde actualmente se encuentra.
Isabel Cabrera se puso en contacto con los investigadores Juan Manuel Abascal y Carmen García Bueno que han realizado el estudio del epígrafe que reproduzco integramente.
Previo a su lectura y a modo resumen, decir que se trata de una estela funeraria que data aproximadamente del siglo II d.c. y que pertenece a un tal
Severus Gluantiocus.
Geográficamente esta zona se encontraba en la Baeturia de los Túrdulos, siendo vecinos los Vetones, Carpetanos y los Oretanos.
En el siglo II d.c. los romanos habían organizado administrativamente Hispania en tres provincias : Tarraconensis, Lusitania y Bética. A su vez, estas provincias se dividían en conventus.
Nuestra territorio se encontraba en Baetica, en el Conventus Cordubensis.
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División administrativa de Hispania siglos I y II d.c. |
Como se aprecia en el mapa, estámos muy cerca del límite de las tres provincias romanas, es lo que se conoce como Trifinium y que algunos localizan en Valdecaballeros.
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Trifinium de Valdecaballeros - Mojón Gordo |
Esperemos que con el tiempo aparezcan más noticias de este tipo y salgan a la luz algunos asentamientos o yacimientos arqueológicos que nos permitan conocer mejor nuestros orígenes más remotos.
También sería interesante que el Ayuntamiento busque un emplazamiento adecuado para que los agudeños puedan verlo.
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INSCRIPCIONES
DE AGUDO
(BAETICA,
CONVENTUS
CORDUBENSIS)
por Juan Manuel Abascal y Carmen García Bueno
El
número de epígrafes romanos en la provincia de Ciudad Real, donde
había muy pocos testimonios cuando comenzaron
los trabajos de la nueva edición de CIL II, ha crecido mucho en los
últimos años. Una gran parte de los nuevos descubrimientos fue
mérito de Géza Alföldy1,
quien recorrió en muchas
ocasiones este territorio y consiguió probar que había tenido una
gran intensidad de hábito epigráfico, similar al de otras zonas de
Hispania, y que gran parte de ese impulso correspondía al gobierno
de Augusto. Presentamos aquí dos epígrafes de diferente naturaleza,
procedentes de dos puntos situados en los extremos occidental y
oriental de la provincia. Agradecemos a D.ª Isabel Cabrera Gómez
(Agudo) la noticia del epígrafe …
El
área geográfica de Agudo, situada en el extremo suroccidental de la
provincia de Ciudad Real, perteneció en la antigüedad a la Baeturia
de los
Túrdulos en el norte del conventus
Cordubensis (Plin.
N.h. 3, 3,13–14) al igual que la vecina localidad de Puebla de Don
Rodrigo (también provincia de Ciudad Real)2.
En esta zona debían confluir los territoria
de Mirobriga
(Capilla, Badajoz) y Sisapo (Almodóvar del Campo, Ciudad Real) y no
lejos, algo más al noroeste, se debieron encontrar la praefectura
Ucubitanorum y
el trifinium
provincial de
Hispania, es decir, el lugar limítrofe de las provincias de
Lusitania, Baetica y Citerior o, lo que es lo mismo, de los conventus
Emeritensis,
Cordubensis
y
Carthaginiensis.
El
epígrafe de que tratamos a continuación sirvió tradicionalmente
como paso sobre un caz de agua al norte del término de Agudo, entre
el casco urbano y la Sierra de Santana, aunque se desconoce su lugar
exacto de hallazgo. En el año 2011 fue retirado de su emplazamiento
y trasladado a los almacenes municipales,donde lo pudimos describir
el 29 de octubre de 2011 con Isabel Cabrera. A esta última debemos agradecer
la noticia del hallazgo y las nuevas fotografías de junio de 2012.
Se
trata de una estela funeraria tallada en cuarcita de origen local y
rota por todo su perímetro, aunque su anchura y grosor corresponden
grosso modo a las
dimensiones originales. Por detrás está ligeramente desbastada y la
superficie frontal está bastante alisada aunque también muy
gastada. Las letras no están incisas sino que, como suele hacerse en
la cuarcita, se marcaron raspando con un punzón sobre la piedra
hasta conseguir que fueran visibles; ello hace que su relieve sea
mínimo, que el texto sólo sea visible en determinadas condiciones
de luz y que presente el aspecto de una inscripción “pintada”.
Sus dimensiones son (173) × (72) × (27) cm. Una grieta original
recorre la parte superior del bloque y condiciona la distribución de
las letras. El epígrafe ocupa sólo la parte superior del monumento
y la paginación se apoya en el
lado izquierdo. Por la parte superior hay un espacio libre de 28 cm,
lo que indica que no falta texto por encima de la primera línea
conservada. La altura media de las letras es de 10,5 (v. 1), 9 (vv.
2–3), y 8,5 cm (vv. 4–5), aunque los caracteres no son uniformes
y presentan ligeras variaciones de forma y tamaño. Las
interpunciones son circulares.
La
E presenta siempre la forma II, lo que permite leer sin dificultad el
nombre del primer renglón. En v. 2 la primera letra es una G con el
trazo vertical recto; sigue una L con la parte inferior muy poco
marcada y la última letra es una I; es decir GLVANTI. En v. 3, antes
de la grieta del soporte – que debe ser anterior al texto – sólo
se grabaron las tres letras iniciales hoy visibles, OCO, seguidas de
una interpunción muy clara, mientras que el resto del renglón no
llegó a usarse. La unión de los vv. 2–3 proporciona la cadena de
caracteres GLVANTIOCO, en donde la parte final – ANTIOCO – no es
el dativo de Antioc(h)us,
pues no hay
interpunciones y esto dejaría sin sentido la parte inicial (vid.
Infra).
En
v. 4 se reconocen al inicio las letras F y L separadas por
interpunciones; detrás hay un trazo curvo que parece una S – en
ningún caso una I – seguido de las letras IT y de una O – no una
C como parece a primera vista –, es decir, probablemente SITO. En
v. 5 aparece una fórmula que no presenta dificultades y que debe
conjugarse en singular. Eso significa que en v. 4 se encuentra el
nombre el dedicante; al comienzo de esa línea se lee claramente F ·
L · y esto sólo admite dos soluciones: la primera de ellas sería
suponer una dependencia libertina como F(---)
l(ibertus) o similar; esta solución
reduciría el nombre del dedicante a las cuatro últimas letras de v.
4 pero no es descartable; la segunda opción es imaginar que
F(---)esconde
en realidad f(ilio),
referido al difunto, con lo que el dedicante quedaría identificado
como L. SITO.
Cualquiera de estas dos hipótesis es posible aunque la más sencilla
debería ser la más probable; es decir,F(---) debería
ser abreviatura de f(ilio) y
el nombre del dedicante podría identificarse con dos elementos, uno
de ellos abreviado. Respecto al nombre de ese dedicante la solución
no es tan fácil. La lectura es clara y no ofrece dificultad: detrás
de la F sólo sigue una L y el grupo SITO. La única alternativa para
restituir ahí un nombre de dedicante es recurrir a las tablas de
Kajanto, en donde se registra el cognomen latino Sitio3.Si
SITO se encuentra escrito en lugar de Sit(i)o,entonces
L(---) podría ser incluso un gentilicio latino – por ejemplo
>L(icinius) –
por lo que el dedicante podría llamarse e. g. L(icinius)
Sit(i)o, lo que no pasa de ser sólo
un ejemplo. No tenemos ninguna seguridad en el desarrollo que deba
darse a esta línea, por lo que la solución de v.4 tendrá que
esperar a las propuestas de futuras autopsias.
Según
lo explicado anteriormente, el texto dice:
Severo
Gluantioco
.
F(---)
· L(---) · SITO (?)
5
d(e) · s(uo) · f(aciendum) · c(uravit) ·
II
= E
El
difunto Severus Gluantiocus, presenta una doble denominación
compuesta por su nombre personal y un nombre familiar indígena
perteneciente al grupo de las llamadas “organizaciones
suprafamiliares” de la Hispania indoeuropea4. Aunque el
número de estas estructuras va aumentando con el paso de los años,
una de las encuestas más interesantes es la de su extensión
demográfica hacia el sur y hacia el oeste, es decir, fuera de los
límites específicos de la Celtiberia.
Hace
unos años, Géza Alföldy identificó uno de los testimonios más
meridionales en Navas de Estena (Ciudad Real)5 y aún más
al sur se encuentra el epígrafe de Macer Obisoq(um) Ambati
f(ilius) Toleta(nus) en Casas de Don Pedro (Badajoz)6.
El
nuevo ejemplo de Agudo es por el momento la evidencia más meridional
de estas “organizaciones suprafamiliares” de Hispania, aquí
expresada mediante un nombre declinado perteneciente al grupo de los
que presentan sufijo -ioko-/-ioco-7. Algunos de
ellos muestran desinencia en -um (Nonius Quintilianus Aniocum
en CIL II 2838 de Soria, Aecus Aploniocum en HAE 1805 de
Caparra), a modos de genitivos de plural, y otros alternan el
masculino y femenino (Arcea Elanioca8,
Lougeius Petraiocus9) en formas latinas
que se declinan como el ejemplo que ahora nos ocupa.
Gluantioco
es un testimonio de “organización suprafamiliar” cuya forma de
nominativo es Gluantiocus y que debe derivar de un nombre
personal10 como Gluantus o Cluantus. En
efecto, la forma sorda Cluantius/-us (Cluanti, gen.) se
reconoce en el genitivo Cluanti de un epígrafe funerario de
Alconchel de la Estrella (Cuenca), en el extremo meridional de la
Celtiberia: Aurolus Veniatioq(um) Cluanti f(ilius)11.
Más
aún, en esa inscripción de Alconchel, el difunto pertenece a otra
“organización suprafamiliar” que también tiene desinencia en
-ioko-/-ioco- como el caso que nos ocupa (Veniatioqum,
formado a partir de Veniatiocus).
Veniatioqum
y Gluantiocus pertenecen a la misma categoría de nombres de
“organizaciones suprafamiliares” del ámbito celtibérico
(Aurolus Veniatioqum, Nonius Quintilianus Aniocum,
Aecus Aploniocum, Arcea Elanioca, Lougeius
Petraiocus, Severus Gluantiocus). Por ello, habría que
pensar que Severus Gluantiocus sea un emigrante procedente de
regiones más septentrionales, quizá de la Meseta norte española.
Esa
condición de emigrante explicaría este hallazgo en un lugar tan
meridional como Agudo, en el extremo suroccidental de la provincia de
Ciudad Real, dentro del conventus Cordubensis.
Ni
la paleografía ni el tipo de soporte pueden ser empleados como
criterios de datación, pues se trata de un producto local de muy
poca calidad técnica. Por la fórmula empleada en el último renglón
habría que suponer una cronología imprecisa dentro del siglo II.
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1
G. Alföldy, Epigraphica
Hispanica 9. Inschriften aus Ciudad Real, ZPE 67, 1987, 225–248;
id., Römisches Städtewesen auf der
neukastilischen Hochebene. Ein Testfall für die Romanisierung,
Heidelberg 1987; id., Ein neues Zeugnis für suprafamiliare Organisationen
im antiken Hispanien, en Studia in honorem Iiro Kajanto, Helsinki
1985, 9–14; id., Aspectos de la vida urbana en
las ciudades de la Meseta sur, en J. González (ed.), Ciudades
privilegiadas en el occidente romano, Sevilla 1999, 467–485.
2
J. M. Abascal – C.
García Bueno, Inscripciones de Fuencaliente (addendum
a ZPE 67, 1987)
y Puebla de Don Rodrigo (Baetica,
conventus
Cordubensis),
ZPE 169, 2009, 269–272.
3
I. Kajanto, The Latin
Cognomina (Comment. Human. Litt. 6, 2), Helsinki 1965, 270.
4
De
estas estructuras trata una bibliografía especializada en las
últimas décadas: M.ª Lourdes Albertos, Organizaciones suprafamiliares
de la Hispania antigua, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y
Arqueología (Valladolid) 40–41, 1975, 5–66
(luego como monografía: Studia archaeologica 37, Valladolid 1975);
ead., Organizaciones suprafamiliares de la Hispania antigua
II, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología
(Valladolid) 47, 1981, 208–214; M.ª C. González Rodríguez,
Las unidades organizativas indígenas del área indoeuropea de
Hispania, Vitoria 1986 (con diversos suplementos en revistas
posteriores); M. E. Ramírez Sánchez, Epigrafía y organización
social en la región celtibérica: los grupos de parentesco, Las
Palmas de Gran Canaria 2003 (Relación completa de testimonios de
genitivo plural en pp. 919–925). Una actualización de los
testimonios puede verse en M.ª C. González Rodríg uez – M.
Ramírez Sánchez, Unidades organizativas indígenas del área indoeuropea
de Hispania III: addenda, Veleia 28, 2011, 253–267.
5
G.
Alföldy, Ein neues Zeugnis (n. 1) (= AE 1985, 621).
6
M.ª
C. González Rodríguez, Las unidades organizativas (n. 4), n.º 157.
Cf. M. Salinas de Frías, Los Carpetanos: siglos III
a.C. a I a.C., en Los pueblos prerromanos en Castilla-La Mancha,
Cuenca 2007, 59; H. Gimeno, Paisajes epigráfi cos en el espacio
romano de la comunidad de Castilla-La Mancha, en La romanización en
el territorio de Castilla-La Mancha, Cuenca 2008,
298.
7
M.
Ramírez Sánchez, Epigrafía y organización social (n. 4), 73,
218–219 con todos los testimonios.
8
M.
Martínez Burgos, Catálogo del Museo Arqueológico Provincial de
Burgos, Madrid 1935, 46, n.º 347; J. A. Abásolo,
Epigrafía
romana de la región de Lara de los Infantes, Burgos 1974, 109, n.º
146.
9
J.
A. Abásolo (n. 8), 67, n.º 70.
10
Sobre
las “organizaciones suprafamiliares” formadas a partir de un
nombre personal celtibérico, cf. M. Ramírez Sánchez, Epigrafía y
organización social (n. 4), 60–61 y 67, con ejemplos tan evidentes
como Antilicus, Laturicus, Lougestericus, Turancicus, Mandicus, etc.
11
G.
Alföldy – J. M. Abascal – J. M. Millán, Otro testimonio
meridional de las ‘organizaciones suprafamiliares’ indígenas de
la Hispania citerior, ZPE 168, 2009, 283–285, con la bibliografía
anterior.
Fuente:
- Juan Manuel Abascal y Carmen García Bueno: Inscripciones de Agudo (Baetica Conventus Cordubensis) y Alhambra (Hispania Citerior, Conventus Carthaginiensis). aus: Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik 184 (2013) 293–298 (ZPE 184).