Historia de Agudo

Historia de Agudo (Ciudad Real)
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lunes, 20 de diciembre de 2010

Sobre la Orden de Calatrava (IV)

Gestión de la Encomienda Mayor 

La corona realizó una política reformista donde se combinaba la conservación de la mayor parte de su estructura medieval con cambios que permitieron su adaptación a los nuevos tiempos.

La función de las Órdenes Militares fue la de suministrar honor y rentas a los mandos militares más destacados como pago a sus servicios.
En 1689 fue concedida su administración con el goce de frutos durante 33 años a la Orden Tercera de San Francisco para poder pagar el rescate del Gobernador y cien oficiales hechos prisioneros por musulmanes en Larache, al norte de Africa. El Conde de Peñaranda había fallecido en 1690 y hasta 1693 la gozó D. Baltasar de Mendoza y Sandoval, que la tuvo de forma honorífica sin rentas. A este le sucedió Joaquín Ponce de León, VII Duque de Arcos, de forma honorífica hasta 1721. Tras los años que los religiosos terciarios habían gozado de las rentas de la encomienda el Duque de Arcos tomará posesión de las rentas hasta que muere el 18 de marzo de 1729. Las razones de que la Orden Tercera obtuviese esta merced por 33 años eran por el pago de mil moros que se habían de entregar por el rescate del General D. Fernando de Villorras y cien cautivos de la rendición de Larache. Este hecho marcó la concesión de la encomienda ya que no reportaba rentas a los titulares hasta que se acabó el plazo adjudicado por la deuda pendiente.

Joaquín Ponce de León (?-1729) en la Corte de Carlos II fue Gentilhombre de Cámara del rey y con la llegada de los Borbones fue desterrado en 1701 por haber protestado contra la nobleza francesa. Su ideario político era borbónico pero antifrancés. En 1705 era nombrado Virrey de Valencia y recibía el hábito de Calatrava y la Encomienda de Vállaga, un año mas tarde era Consejero de Estado. Ocupó diferentes cargos políticos, obtuvo los títulos de XII Duque de Maqueda, Conde de Bailén y Conde de Casares. Al final de su vida servía como Adelantado Mayor del reino de Granada hasta su muerte el 18 de marzo de 1729.En 1712, la Orden de Santiago tenía 91 encomiendas, Calatrava 56 y Alcántara 38, y entre las tres rentaban medio millón de ducados al año (cinco millones y medio de reales). A estas se sumaron Montesa, la del Toison de Oro y la Orden de Carlos III. Todas estaban reservadas a la nobleza cortesana, única con posibilidad de ingreso. 

Según Dominguez Ortiz, las mejores encomiendas en el siglo XVIII las usufructuaron los Infantes, las demás encomiendas se repartieron entre una nobleza de servicio.

Los Infantes: una mejor gestión

Encomienda Mayor de Calatrava 

Felipe
1729-1766
Francisco Javier
1766-1771
Gabriel
1772-1788
Carlos IV
1789-1802
Carlos María Isidro
1802-1809

Con la llegada de los Infantes de la Casa de Borbón a la propiedad de las encomiendas estas van a tener unas nuevas reglas para su administración. Se hicieron instrucciones generales para todas y sobre algunas se concretaron adaptaciones para obtener el mayor beneficio como es el caso de la Encomienda de Manzanares o la Encomienda Mayor de Calatrava.

El Marqués de Surco, administrador general de todas las encomiendas de los infantes, daba instrucciones a Jacinto Ore, administrador de la Encomienda Mayor de Calatrava: "No ha de ejecutar reparo alguno en casa, iglesias ni otros edificios de la encomienda, excediendo el coste de 120 r. de vellón, sin dar primero quenta a S.E Y porque del descuido que suele haver en reconocerlos y repararlos anualmente, nazen siempre grandes perjuicios, deverá el administrador en el mes de marzo de cada año, hacer reconocer a un Maestro de obras todos los edificios de la encomienda. Y por lo que toca a las iglesias de ambos pueblos [Agudo y Abenojar] las hará reconocer mui cuidadosamente refiltrados los tejados, los zimientos y todas las paredes exteriores e interiores. Y no solo se ha de satisfacer con esto sino que ha de saber de los curas y sacristanes de ambas villas si han visto o notado de alguna gotera y otro defecto en cualquier parte del edificio de la iglesia..."

En 1729 se produjo un viaje de la Familia Real e Infantes, de Madrid a Sevilla, en 19 jornadas , descansando en Manzanares y Córdoba. Esta comitiva pasó por muchos pueblos de Ordenes Militares lo que fue motivo de fiestas y expectación ante el paso de tan importantes personajes. 

Los Infantes recibieron un trato de favor desde el trono para dotarlos de rentas que permitiese cierta independencia económica al convertirse en mayores de edad.
El Cardenal-infante D. Luis Antonio Borbón y Farnesio al reunir más de treinta encomiendas consiguió unas rentas de más de tres millones de reales al año. Tanto el Infante D. Felipe como D. Luis eliminaban la mayoría de las cargas fiscales de su medio centenar de encomiendas en 1737. 

Francisco de Paula y Carlos María Isidro recibieron en 1802 las encomiendas que su padre Carlos IV tenía por herencia de Carlos III (que a su vez habían pertenecido al Infante D. Luis Antonio) y del Infante D. Gabriel. 

En las 19 encomiendas de Carlos María Isidro había un interés por potenciar su beneficio económico. Las rentas de encomiendas de Órdenes Militares que los Infantes recibían junto a otros beneficios de la Casa Real sumaban el dinero que necesitaban para sufragar sus gastos anualmente.

El 12 de noviembre de 1729 el Infante Don Felipe tomaba posesión de la encomienda (1729-1766). Bartolomé Sánchez Zamora, vecino de Herrera y maestro alarife examinado “, tomaba nota de los reparos que necesitaba la casa que la encomienda había comprado en la villa de Agudo. Se necesitaba ampliar una cueva (bodega) para mejorar el rendimiento económico de la encomienda, lo que hizo por Juan Agudo de Mesa, sobre 1734, vecino de Hinojosa y “maestro de obras examinado”. Al tomar posesión de esta encomienda el administrador recibirá nuevas instrucciones para la mejor gestión de esta Encomienda Mayor de Calatrava. El Marqués de Surco, administrador general de todas las encomiendas del Infante, dio instrucciones específicas al administrador de la encomienda d. Jacinto de Ore. Entre las primeras referencias sobre la Encomienda destaca la necesidad de reparar los ornamentos de las iglesias de Agudo y Abenojar, además de la existencia de importantes rentas de los arrendamientos de pastos. El Marqués de Surco en 1731 pleiteaba con la villa de Agudo sobre el derecho a tomar las cuentas de pósito, iglesias, ermitas , santuarios y cofradías. Pretendían hacerlo los alcaldes y regidores de la villa, lo que se prohibió por tener el derecho la encomienda. El administrador de la Encomienda Mayor de Calatrava en 1734 pedía que se respetasen sus derechos de cortar leña en la dehesa de Villagutierre de la Villa de Almagro. 

El administrador de la Encomienda Mayor de Calatrava pleiteó sobre diferentes regalías y preminencias pertenecientes a la encomienda en 1735 para defender los derechos del Infante D. Felipe en las Villas de Agudo y Abenojar. El “Teniente” o “Mayordomo” o “Administrador de la encomienda” era el Mariscal de Campo D. Francisco de Ocampo. Por fallecimiento del Marques de Surco, D. Fernando Suarez de Figueroa era nombrado Gobernador de S.A. Y Administrador General de todas sus encomiendas de D. Felipe. Se explicaban las funciones que debía tener el administrador general que eran básicamente conservar y aumentar las rentas de las encomiendas. Controlaría los los arriendos, las cuentas, los cobros, los censos, la satisfacción de las cargas reales y ordinarias, la toma de posesión de nuevas encomiendas, sus descripciones, el reparo de los edificios, el cuidado de los derechos de las encomiendas y la gestión en los pleitos. 

Según el Marques de Surco, en 1733, había problemas con los derechos de la encomienda en la villa de Agudo, ya que la administración señorial solicitaba su derecho a pastar en dos ejidos elegidos por el comendador en el término de Agudo situado entre “las hazas que se sorteaban entre los vecinos de aquella villa”. 

Una serie de preeminencias tenía la encomienda en la villa de Agudo en 1733. Como poner alguacil sin dar parte a la villa, en las derramas concejiles había de estar presente el comendador o su representante, y en los cabildos, igual , tomar las cuentas al concejo, iglesia y ermitas, derecho de pasto en la villa, de debía de señalar dos suertes (las mejores) al sortear las tierras, el mayordomo (“franco y libre de pechos”) podía pastar en esas tierras con su ganado, en marzo, abril y mayo de cada año no podían los vasallos vender su vino para que se vendiera el de la Encomienda, derecho a poner guardias en la dehesa boyal y en las tierras de viñas, panes y encinas, no se podía sacar vino de la villa con la excepción si era para casamiento de hija o compra de bueyes o raiz, le pertenecía la mitad de la hierba que se vendía en el término, el derecho de los entrepanes (la mitad de cada año) y las penas, calumnias y mostrencos. 

La relación entre los vasallos y los comendadores acababan frecuentemente en los tribunales. El Infante D. Felipe pleiteó en 1755 con la villa de Agudo sobre el modo de elección de oficios de justicia.

Al tomar posesión de la encomienda el Infante D. Francisco Javier (1766-1771) se realizaron nuevos deslindes y apeos en las dehesas pertenecientes al señorío. Desde 1765 a 1769, la Encomienda Mayor de Calatrava proporcionó 1.216.575 reales al Infante D. Fernando, Duque de Parma.

Gastos de mejora y mantenimiento

Localidad
Jurisdicción eclesiástica
Obispado/Prioratos
Iglesia Parroquial
Otros espacios religiosos
Asignación al Párroco
Asignación de tenientes y número
Asignación de Fábrica
Agudo
Gobierno eclesiástico de Calatrava




San Benito
Dos ermitas y un santuario


4.500


2.000 (1)


1.575

AHN, OOMM , Libro 1.281

Cuando fallece D. Francisco Javier en 1771, las encomiendas se dividen entre sus hermanos, y el Duque de Parma, su primo. Posteriormente, en 1779, se dividen las de D. Gabriel y las de D. Antonio- Bajo D. Gabriel (1772-1788) la encomienda estaba siendo administrada junto a la de Casas de Sevilla y Niebla y el Gran Priorato de San Juan de Jerusalén por los mismos administradores. Las rentas durante estos años fueron;

Año
Caudal
Gastos
Líquido
1.777
182.264
26.121
156.142
1.778
172.700
24.674
148.025
1.779
183.497
21.274
162.222
1.780
195.649
23.687
171.961
1.781
188.128
21.828
166.290


El Rey absorbió esta encomienda en su beneficio tras la muerte del Infante D. Gabriel (1788), junto a la Encomienda de Casas de Sevilla y Niebla.

La nueva organización administrativa se incorporaba a las nuevas oficinas de Madrid en 1797, tras la indicación de Manuel Godoy y pasaban a administrarse con un nuevo método y con variación de las oficinas para ahorrar dinero. Además se descríbían los cargos y nombramientos de esta manera:
  • Joaquín Antonio Alvarez, Gobernador y Administrador General de Agudo
  • Miguel Algano, Administrador de Abenojar
  • Felipe Joseph Artesano, administrador de las dehesas.

En 1802, la encomienda pasa del propio Rey a la propiedad de su hijo Carlos María Isidro, junto a otras, valorándose sus rentas en 287.757 reales de beneficio líquido anual. La etapa bajo su propiedad sería interrumpida por la Guerra de Independencia (1809-1814) que fue administrada por el gobierno afrancesado y por el secuestro de las rentas por el gobierno con el estallido de la Gerra Carlista 81833) hasta su venta en la desamortización.

López Salazar indica que a principios del XIX, la Encomienda Mayor de Calatrava que gozaba el infante D. Carlos María Isidro pretendía hacer cumplir todos los derechos de los tiempos medievales. Algo que chocaba con la práctica y lo ocasionó violencia social en algunos lugares (Agudo en 1803 y 1806). La defensa del cumplimiento de todos los derechos de los señoríos de Órdenes a estas alturas estaba perdida1

En 1804 se producía un pleito de la encomienda con Abenojar. Se trataba de una denuncia porque los oficiales albañiles que estaban trabajando en una casa y jardín, cerca de Abenojar, que se estaba realizando por la viuda de un militar y sus dos hijos tuvieron que ir obligados a trabajar en el granero y reparar la bodega de la casa palacio de la encomienda ya que los comendadores tenían preferencia sobre los vecinos. Esto ocasionó insultos al Infante Carlos María Isidro, propietario de la encomienda, por lo que se actuó jurídicamente. Juan Manuel Romero, administrador gobernador de la villa metió en prisión a la viuda y sus dos hijos. Los tres salieron a la calle porque no se demostraron los insultos al Infante y se previno al administrador para que los privilegios de la encomienda fueran hechos saber a los interesados en tiempo y forma “para que no alegues excusas ni la ignorancia en que se han valido en el asunto presente”.

Continuaron los pleitos por los derechos de la encomienda en 1807. El Duque de la Roca, como Director de las encomiendas de los infants Carlos y Francisco de Paula, defendía su interés económico sobre las regalías y derechos de la encomienda Mayor de Calatrava en el término de Agudo, Abenojar y otros pueblos, aunque este pleito se cerró en octubre de 1809 si ninguna alegación de las Juntas.

Las propiedades en los términos manchegos de Abenojar y Agudo 2, mas los andaluces de Fuenteovejuna y Bélmez diezmaban rentas que eran superiores a la media de los señoríos de las Órdenes Militares.

La Contaduría General de Encomiendas consignaba el 23 de mayo de 1809 los derechos y el valor de la Encomienda Mayor de Calatrava.

En la Villa de Agudo, la encomienda tenía el diezmo integro de granos, dos terceras partes de las igualadas de los herreros, vaqueros y de las maquilas de los molinos, dos terceras partes del diezmo de ganados (potros, cerdos y becerros), diezmo de uva y aceituna, dos terceras partes del diezmo de enjambres, diezmos de alcacer, lino y linaza, dos terceras partes de ganado lanar y cabrío, diezmo de los ganados forasteros que pastan, dos terceras partes de los diezmos de lana, añinos y quesos, diezmo de zumaque y otras minucias, diezmos de teja y ladrillo fabricados en los hornos de la villa. Se citaba el Molino del Cubo, en posesión de un vecino de Fuenlabrada, Eugenio Cabrera, y otro molino arrendado a Juan Garzón de Astorga. Ambos pagaban la maquila pero no las cuatro gallinas que debían pagar también. Sin embargo, los otros dos molinos que pertenecían a la encomienda si satisfacían el pago de las gallinas (Molino del Puente y Molino del Lobo). Se añadían 15 molinos y dos batanes arruinados, lo que evidencia un pasado más productivo en este terreno. En la ribera del rio Frio habían pertenecido a la encomienda otros cuatro molinos y dos batanes de los que incluso se ignoraba la localización de sus ruinas. La encomienda poseía en esta villa una “posada de colmenas” en un lugar llamado Ortunero, término de Agudo, con veinte colmenas. También dos tierras de labor cercadas, una en la calle de la Fuente y otra en el Arroyo de las Campanas. Mas dos huertos unidos en el sitio llamado de la Fuente del Orejudo. La huerta del comendador en el sitio llamado de Padilla, de pasto y labor , “con algunas cepas puestas sin orden de viduño moscatel” y varios olivos, pinos y álamos negros. Dos charas para “enrriar “ lino, con monopolio de la encomienda.

En la Villa de Abenojar, poseía la dehesa de Villagutiérrez (con 21 quintos de cuatro leguas de circunferencia), un solar de casa extramuros inmediato al ejido donde emparvan los vecinos y ochos propiedades agrarias. En los diezmos había una división desde “el cordel” hacia arriba o hacia abajo. Hacía el norte el diezmo integro de granos pertenecía a la encomienda, hacia el sur dos terceras partes y el resto era para el Arzobispado de Toledo. El diezmo integro de las ocho propiedades pertenecía a la encomienda, así como el diezmo de las igualadas de vaquero, yegüero y herrero. Los diezmos de los molinos harineros, dos terceras partes de ganados (potros, becerros y cerdos), dos terceras partes de enjambres, diezmos de huertas y alcaceres, diezmo de minucias, teja y ladrillo, dos terceras partes de corderos y chotos (ganado blanco) igual de queso, diezmo de burros y renjares, medio diezmo de las crías de merinos que pastan en los valdios, bellota, agostadero e invernadero, hiervas de verano, mitad del valor de la venta de cualquier hierva, la mitad del diezmo del quinto de Matalloso de la villa de Almodovar que posee en Abenojar. Le correspondía el paso del puerto de Villarta y por el 100 ovejas que pagan al año en la entrada del invernadero los ganaderos de Soria, Cuenca y Molina. También se consignaban algunas fincas perdidas y arruinadas que pertenecían a la encomienda en 1766 pero que se ha bían echado a perder y dos molinos arruinados . También tenía el derecho de roda de los llanos en las poblaciones de Abenojar, Saceruela, Cabezarados, Almodovar, Villamayor, Puertollano y Caracuel.

En la Villa de Calzada de Calatrava la dehesa de Fresnedas Bajas (doce millares de fanegas de tierra con una longitud de dos lengua y media y una latitud de legua y media). El apeo de la dehesa se hizo en tiempo de D. Francisco Xavier (1766). En el Viso tenía la dehesa de Fresnedas Altas. Se cobraban en ambas dehesas los diezmos de ganados y de granos.

En Azuaga (partido de Llerena, en Extremadura) tenía la dehesa de los Cañuelos (monte , pasto y labor de unas 200 fanegas de sembradura). Percibía esta encomienda 882 reales por el goce de la dehesa de las Trasquiladas. Además, le correspondía el portazgo de Bélmez (Jaen) y por último la encomienda tenía una serie de derechos que se habían perdido con el tiempo por una mala administración. El valor según las cuentas de 1806, y por la relación hecha en 1809 por la Contaduría General de Encomiendas ascendía a 287.757 reales.


Jurisdicción eclesiástica
Encomienda Mayor de Calatrava ( o de Castilla)

Las iglesias de las villas de Abenojar y Agudo, en el Campo de Calatrava, correspondían a la encomienda junto al digno mantenimiento de los altares y ornamentos, los nombramientos y congruas de sus rectores. En estas iglesias tenía la preeminencia de asiento en el presbiterio el titular de esta dignidad. Las parroquias eran dirigidas por un párroco o cura rector, perteneciente al Convento de Calatrava, que recibía un salario que aumentó de forma considerable durante el siglo XVIII. Entre la religiosidad de los vasallos de la villa de agudo en 1731 se habían organizado tres cofradías en la iglesia parroquial de San Benito, patrono de la villa , (Veracruz, La Caridad y San Benito). Existía un hospital en la villa. Sobre la injerencia, intervención y corrupción de los miembros del concejo de la villa se decía en aquel año “no les faltaba a los alcaldes de Agudo más, que tomar las llaves del sagrario”3.

La iglesia de Abenojar tenía a mediados de siglo 47 vecinos y tenía como anejos a Cabezarados y Luciana. Agudo tenía 300 vecinos, con dos sacerdotes y dos ordenantes para el control espiritual de la villa. La Iglesia  tuvo algunos reparos en 1698. Le pertenecía el anejo de Puebla de Don Rodrigo, aunque sus gastos pertenecían a la Encomienda de Bolaños por cobrar esta sus diezmos. La encomienda realizó obras por más de 6.000 reales y un retablo de 4.000 r. en 1698. Esta pagó las obras tras la Guerra de Sucesión española que consistieron en 15.757 reales de obras y 9.015 reales de ornamentos4. La iglesia de Abenojar estaba reparada en 1742 por las rentas del infante D. Felipe. Sin embargo, la iglesia de Agudo que estaba hecha en 1553 y no tenía capillas, necesitaba reparar sus seis altares eran el de Nª Sª del Rosario, Nª Sª del Carmen, Nª Sª de la Caridad, el de Jesús Nazareno, Nª Sª de la Concepción y el altar mayor.

La iglesia de su anejo Puebla de Don Rodrigo no tenía capillas y si cinco altares, sin un mal órgano que aportara su música5.

El Conde de la Cimera, en 1797, nombró a Juan Manuel Gómez Romero, oficial mayor de administración de las rentas del Gran Priorato de San Juan, como contador interventor para controlar las obras de la iglesia de la villa Agudo “... presenciar la grande obra de reedificación de aquella iglesia parroquial” que se estaba ejecutando de los caudales de la encomienda mayor de Calatrava6.



Fuentes:

- Juan A. Gijón Granados: "La casa de Borbón y las Órdenes Militares durante el siglo XVIII(1700-1809), Año 2009.
1Jerónimo Lopez-Salazar Perez “Los conflictos entre las Ordenes Militares y sus vasallos durante la Edad Moderna, Jéronimo Lopez Salazar Pérez. Las Órdenes Militares en la Península Ibérica, Vol. II, Edad Moderna, Universidad de Castilla -La Mancha, Cuenca 2000, p. 1922.
2Una descripción de la encomienda Mayor de Calatrava. Agudo y Abenojar AGP, IDG. Secretaría Leg. 565/5.
3AHN, OOMM, AHT, Nº 46.817, 2º Legajo
4OOMM. Libro 309
5AHN. OMM Libro 310
6AGP, IDG, Secretaria Leg. 708.

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